Me estoy leyendo un libro que se llama “En Mares Salvajes (Un viaje al Ártico)”, de Javier Reverte.
Como casi todos los libros de viajes de Reverte, me encanta,
y he leído unos cuantos: la trilogía de África, El Amazonas, las islas griegas (que
me hizo que me leyera “La Ilíada”), el viaje por el Yukón, y alguno más.
Al terminar de leerlo, sólo podía pensar en una cosa: ¡YO
QUIERO IR!
En todos, además de explicarte su viaje, las gentes que se
encuentra, los lugares que visita, y demás, te da unas pinceladas de la
historia del lugar, y eso es lo que para mí los hace más atractivos.
En éste del Ártico, relata las epopeyas de los marinos
ingleses y noruegos en busca del mítico Paso del Noroeste, que empezaron allá
por el siglo XVI, cuando Inglaterra necesitaba una ruta para llegar a la India
pero sin pasar por territorio español o portugués.
Hasta ahora, al menos para mí, eran más conocidas las
expediciones a los polos: Peary, Amundsen, Scott, y el viaje de Shakelton por
el Antártico, pero la verdad, nada que ver.
Shakelton alcanzó la categoría de mito por pasar un invierno
en la Antártida, pero hubo varios que pasaron dos y hasta tres inviernos en el Ártico
mientras esperaban que el hielo les dejara paso entre el dédalo de islas del
norte canadiense, amenazados por el hambre, el escorbuto y los osos, cuando no
por los inuit.
Y todo para abrir una ruta que por aquel entonces era impracticable,
ya que el hielo la mantenía cerrada durante todo el año. Sólo por ser el
primero en recorrerla, para extender el dominio del Imperio Británico a mayor
gloria de su majestad y el Almirantazgo.
Y cómo no, a lo bruto y según su parecer. Obviando las
costumbres de la población local, desdeñando su modo de vestir y de comer por
considerarlo salvaje y zafio. ¿Dónde se ha visto un capitán de la marina de su
majestad vestido con pieles de foca en lugar de seda o lana?
Ni que decir tiene, que pasaron a la historia los capitanes
de las expediciones, los Frobisher, Parry, Ross, Mc Clintock, Franklin, Hudson,
Amundsen, etc., etc.… (Hay información en la Wikipedia y otras páginas)Ni una
palabra sobre las tripulaciones, salvo en el primer viaje de Franklin, y sólo
para comentar que acuciados por el hambre, seguramente recurrieron al
canibalismo para sobrevivir.
¿Y todo esto para qué? Pues para que llegara un noruego que
supo ser más observador que los británicos y se llevara la gloria. Amundsen fue
el primero en cruzar el Paso del Noroeste, vestido con pieles de animales como
los esquimales, usando trineos de perros, comiendo hígado crudo de foca para
prevenir el escorbuto y sabiendo adaptarse al medio que le rodeaba, cosa que le
fue muy útil para luego adelantarse a Scott en la carrera por conquistar el
Polo Sur.
El viaje que relata el libro lo realizó Javier Reverte en el
2008, desde entonces el Paso del Noroeste, y su homólogo del Noreste en
territorio ruso, han sido navegables al menos durante unas pocas semanas en
verano, lo que ha llevado a que algunos barcos comerciales los hayan utilizado
para acortar sus rutas y por lo tanto sus costos.
No sé si ése deshielo es producido por el cambio climático o
por una natural evolución del planeta, que lo mismo se hiela o se calienta, lo
que está claro es que los países vecinos están en plena carrera para hacerse
con esas rutas y lugares que antes solo servían como estaciones balleneras como
las islas Svalvard en Noruega, o Resolute en Canadá, o las islas de los mares
de Bering, Beaufort y Barents sirvan
para algo más que para alojar barcos balleneros o que pescan el cangrejo de
Alaska ( el chatka ruso).
De todas maneras, la lectura me ha dejado la sensación de
que la especie humana está revoloteando como una mosca alrededor de una vaca
(la Tierra), pero que en cualquier momento la vaca dará un coletazo y nos
mandará a paseo, ya que han sido infinidad de especies las que han pasado por
el planeta, algunas sobreviven, otras no, pero ninguna es indispensable para su
supervivencia incluida la especie humana.
Ah y por supuesto…
¡YO QUIERO IR!
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