En teoría, porque lo terminé la semana pasada.
Se estuvo meses en la puerta del coche esperando que lo
cogiera, y cuando lo cogía, me resultaba difícil aguantar más de tres días leyendo.
Demasiado farragoso, y a veces iba totalmente perdido con los personajes, que a veces los citaban por su nombre, otras por el del padre y otras mencionaban todo el linaje, por
no hablar de las comparaciones.
“Como cuando desde el
Ponto se les aparee a unos marineros el destello de un incandescente fuego que
arde sobre un monte en un solitario establo; y contra su voluntad los
vendavales los arrastran lejos de los suyos sobre el mar, rico en peces; así
llegaba al éter el resplandor del escudo de Aquiles, bello, primoroso.”
Casi nada.
Lo curioso es que compré el libro en un kiosko, porque empezaba
una colección de clásicos de la literatura, y claro, hacerse con un ejemplar de
La Iliada en tapa dura por tres euros era algo demasiado tentador como para
dejarlo escapar.
Ovbiamente más o menos la historia de la Guerra de Troya nos
es a todos conocida. El juicio de Paris (Alejandro a ratos), la valentía de
Héctor, lo irascible del carácter de Aquiles, etc etc.
Pues bien, con esta idea preconcebida en base a lo que
conocía, esperaba un relato épico acorde. Y la verdad, el libro tiene momento
en que no puedes dejar de leer, te sumerge en el fragor de la batalla, casi
puedes estar en medio de las diferentes asambleas tanto de griegos como de
troyanos.
Un buen día, llego al canto XXIV, donde Príamo va a
suplicarle y a pagar un rescate a Aquiles para que le devuelva el cuerpo de su
hijo Héctor, éste lo acepta, Héctor es enterrado en Troya… y el libro se acaba.
¿Dónde está la historia del caballo urdida por Ulises que
supuso la ruina de la cuidad?
¿Dónde se relata la muerte de Aquiles por un tiro de flecha
de Paris?
¿Y la huida de Anquises y Eneas que dio origen a La Eneida?
Pensé que me habían tomado el pelo, que en realidad eran dos tomos, o que una
edición tan barata estaba incompleta.
Pues no, estaba bien.
Aquella misma tarde al llegar a casa me puse a buscar por la
red y averigüé que la historia del caballo aparece en la Odisea de refilón y en
otras leyendas de la época, lo mismo que la muerte de Aquiles o la huida de
Eneas.
Así que saqué la conclusión de que la próxima vez que me
vuelva a leer un clásico, lo primero que
tengo que hacer es olvidar todo lo leído u oído anteriormente, ya sea sobre el
libro en sí o sobre el autor.
Seguro que lo disfruto más y no me deja esa desazón al
acabarlo.
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