viernes, 12 de abril de 2013

EL ARRENDAJO


Un día el viento llevó al arrendajo a un lugar que no conocía.
Había una fuente que llamaban la “Fuente del Saber”, e infinidad de aves acudían allí a compartir o adquirir conocimiento.
El arrendajo nunca había visto un lugar así, había pájaros de todas las especies, tamaños, colores, y todos tenían su trino, graznido, ulular, gorjeo, canto, diferente.
Se fijó que había una gorrioncilla a la que todos los machos rondaban, y todos eran rechazados.
La gorrioncilla iba a la fuente para estar con sus amigas, que eran de lo más opuesto a ella, pero se lo pasaban bien juntas, no necesitaban de los machos, tenían a los suyos guardando el nido.
El arrendajo se las miraba desde la distancia, su plumaje no podía competir con el de los otros machos, y mucho menos su graznido, tan desagradable al oído de todos los que no fueran de su especie.
Veía a la gorrioncilla dar saltitos, moverse alegre entre las demás aves, trinando sin parar, y se preguntaba qué podía hacer para llamar su atención, y si sería posible que ella se fijara en él, un pájaro con una voz de susto y sólo unas pocas plumas azules nada llamativas.
Poco a poco y a escondidas fue aprendiendo a imitar el trino de los gorriones, practicaba en su nido, y cuando se dio por satisfecho, acudió a la fuente, y escondido para que la gorrioncilla no le viera, empezó a hablarle, y obtuvo la misma respuesta que los demás: indiferencia.
Con paciencia y poniendo a escondidas alguna ramita y algún grano de trigo, la gorrioncilla sorprendida y curiosa por conocer el origen de los regalos, un día accedió a conversar con aquella voz que le hablaba desde detrás de un arbusto y le decía aquellas cosas tan bonitas que ella no había escuchado nunca, y que no se parecían a las zafiedades que le decían los demás pájaros que la rondaban.
Cuando se quiso dar cuenta, la gorrioncilla se vio esperando ansiosa que su interlocutor misterioso le hablara, ya le esperaba, e incluso intentaba que éste se mostrara, pero cuando quería dar la vuelta al arbusto, no había nadie, solo veía a un pájaro más grande que ella en la rama de un árbol vecino.
Así fueron pasando los días, hasta que venciendo el miedo, el arrendajo no se movió cuando la gorrioncilla dio la vuelta. Allí estaba él, mostrándose tal cual era, y viendo a su enamorada mover la cabeza de un lado a otro buscando un gorrión.
Le habló, le dijo las mismas cosas bonitas que a ella le gustaban, y le confesó que había aprendido a imitar el trino de los gorriones sólo para poder hablar con ella, para poder decirle lo que sentía cada vez que la veía en la fuente, pero que entendía que eran tan diferentes que sabía que su amor era imposible.
La gorrioncilla, temblorosa, no daba crédito, aquel arrendajo era el que estaba en el árbol cada vez que ella quería ver de quien era aquella voz que la había enamorado, sin sospechar que pudiera ser él quien le hablara, quien dejara aquellos regalos que tanto le gustaban en su camino.
Salió volando, dejando al arrendajo solo y triste.
Al día siguiente acudió a la fuente y estuvo con sus amigas, rechazó a los pretendientes, pero echaba de menos aquella voz y aquellas palabras.
Y así durante días, hasta que la gorrioncilla cayó en la cuenta de que quería oír aquella voz, aquellas palabras todos los días. Y se dijo que aunque fueran diferentes ello no era obstáculo. Luego pensó que aquellas pocas plumas azules en las alas eran bellas en su discreción, y que con el pico tan grande, el arrendajo le proporcionaría un nido más resistente, y así fue eliminando en su mente todas las trabas que había puesto antes, y deseó volver a ver a aquel arrendajo que la había enamorado.
Y sí, el arrendajo la estuvo esperando todos los días tras el arbusto, viéndola hablar con sus amigas, pero sin atreverse a decirle nada.
Y sí, allí, tras el arbusto, encontró la gorrioncilla a su arrendajo.

10 comentarios:

  1. Tan entrañable como siempre...tan particular q leyendo esto me hagas sentirme muy feliz y no poder evitar q se me llenen los ojos de lagrimas, si pudiera en este momento te daba un beso de los nuestros ea.

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  2. ..."y colorín, colorado, este cuento se ha acabado, y fueron felices y comieron perdices y a mí no me dieron porque no quisieron"... jajaj, eso decían los cuentos que nos leían cuando éramos pequeños, no?
    Bueno, que muy bonito, de verdad, pero los ornitólogos van a tener un problema muy serio, se van a encontrar con gorrioncillos y gorrioncillas más grandes de los normal con unas plumitas azules y con arrendajitos y arrendajitas (joer, ya me parezco a los políticos) más pequeñines de lo normal y con unas plumitas marrones, y claro, ante tal descubrimiento, que a buen seguro alguno se apresurará a registrar como propio, se abre el debate de cómo llamar a esta nueva especie descubierta...
    Pues nada, se admiten sugerencias para bautizar a estos gorri-arren (osti, jajaja, qué mal suena) ya saben, diríjanse a Vicente y el que más votos tenga...
    Un abrazo.

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  3. Buenas Cab,
    la historia es una de tantas. pero...
    me impresiona la sensibilidad que demuestras al contarla.Casi veo a ese sensible arrendajo en ti.Me ha gustado mucho la forma y el mensaje.
    Que te vaya bonito.

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  4. Y ahí empezaron los problemas de la gorrioncilla, ella que se las prometia tan feliz de un lado para otro sin escuchar promesas de gorrioncillos Casanovas en busca de la conquista de la mas solicitada de las gorrioncillas. !!!! Hay Dios!!!, y el arrendajo, feliz, no es para menos, se lo propuso y lo consiguió. Y ...... ¿ serian felices por mucho tiempo? A saber, habria que preguntarles a ellos, y seguro, que con el paso del tiempo, ninguno de los dos te daria la misma respuesta. ¿ Porqué será tan copmlicado todo lo relativo al amor? ¿ Porqué casi siempre tendemos a enamorarnos de la persona equivocada? ¿ Porqué nos puede hacer tanto daño algo tan hermoso como el amor?. Como dice Serrat en una de sus canciones, "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio", y la verdad es que dá igual como terminase la historia entre el arrendajo y la gorrioncilla, nadie podrá quitarles los maravillosos dias en que entre las ramas de aquel arbol junto a "la Fuente el Saber" conocieron el amor. Hermosa historia, si señor.

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  5. Simplemente la historia sigue y no ha terminado, solo Dios sabe como acabara.

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  6. Hola Vicente. Creo que has escrito un cuento muy bonito, que ensalza valores como el don de la palabra, la perseverancia, la tolerancia, el mestizaje. Casi nada. Me gusta mucho. Creo que merece la pena grabarlo , y de vez en cuando en tu taxi, después de una cancioncilla de Sixto Rodríguez, por ejemplo Crucify your mind, que sonara "El arrendajo". Lo digo porque con tanta crispación está bien escuchar "cosas" que calmen los ánimos.
    Enhorabuena, y saludos, compañero. Por cierto estaba leyendo antes unas cosas relativas a los "coches de punto", qué nombre más precioso, verdad?

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  7. Campoamor
    Amigo, la verdad es que al leerte me has dejado con ganas de enviarte un pequeño poema de Catulo (Gallo Valerio) a su gorioncilla Lesbia, no lo haré por no introducir otra ave, ésta gallinácea, en la “Fuente del saber” y por no escandalizar a tus lectoras.
    Pero no te vas a librar de que te diga que me has dejado como en un coitus interruptus habida cuenta de que al final de la fábula no acalaras si comieron perdices, si hubo violencia de género o si algún cuervo les desahució el nido, ni siquiera si este era un nidito de amor o como el de una cigüeña. Lo que sí se ha quedado claro es que los pájaros y las pájaras velan por sus “intereses creados”: los arrendrajos por tener una pajarita dulce y seductora, las gorrionas porque se las facilite la vida mimándolas, sintiéndose valoradas.
    Bromas aparte no sé si eres consciente de que estás recordando géneros literarios hoy en deshuso, el otro día el epistolar y hoy la fábula, por cierto, muy mal enseñada en las aulas para disgusto del misterioso Esopo o Apuleyo que si su “Asno de Oro” no hablaba, sí pensaba.
    La fábula, que siempre nos la han querido colar como un género menor y neutro, con sus animalicos parlantes, con su enseñanza moral, siempre ha tenido un fuerte componente eróticofestivo, de sátira al pensamiento religioso o los convencionalismos sociales. Como son animales se les permite que resalten todo vicio, toda molicie. Y ahí estamos.
    Fijáos en La Fontaine, del que se silencian sus “Cuentos Libertinos” o en los ilustrados hispánicos Samaniego o Iriarte que parecen mojigatos y realmente fueron el monumento a la lascivia, héroes de la lujuria. el erotismo se les quedaba corto. Esos relatos nunca tendrán el nihil obstat, como nuca lo tendrá Fernández de Moratín el neoclasico autor del “ Arte de las putas”, no la ñoñería del "Sï de las niñas". Ni las cántigas profanas de Alfonso X “el Enterao”. Más interés pondrían los alumnos si , en vez de enseñarseles las Cántigas a Sancta Maria, se les enseñaran las “otras” en las que se burla de la pija de D. Nuño por ser pequeña.
    Qué angustia el someterse al lo políticamente correcto y no sigo por mi flaca memoria, pero ello no me impide deleitarme con los dulces frutos de Baco bebidos en mi copa.

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  8. se me ha escapado una "h", es muda, se ruega su devolución. Gracias.

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  9. En algún momento del relato me he sentido gorrioncilla. Me gusta .
    Pero después de leerte a ti y el comentario de Campoamor, seguiré escribiendo correos sencillos para mis amigos, mi vena literaria no da para más. Sois estupendos .

    karmela

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